La primera de las ideas que me surgen al terminar de leer este texto es que estamos de vuelta en el punto de partida de la vida racional. Me explico.
Tal y como creían los griegos clásicos que hilo de la Historia era circular, que "nada sucede por primera vez", que todo vuelve... volvemos a encontrarnos en un punto de la Historia en que los individuos creen en los mitos; necesitamos otra vez un texto como el de las Metamorfosis de Ovidio que recoja las explicaciones de nuestro complejo mundo desde el punto de vista del "pueblo". Aquel "paso del mito al logos" que los filósofos nos explican ha quedado atrás, porque ya no nos preguntamos por qué, nos creemos que entes sobre-super-anti-naturales actúan como lo hacían antes las fuerzas de la naturaleza siguiendo órdenes divinas. Ahora es el Mercado, el Capital, el Imperio... pero de ninguno de ellos conoceríamos su quién o su por qué si no fuera por autores como Noam Chomsky, quien nos recuerda que "el particular orden socioeconómico impuesto es el resultado de decisiones humanas en instituciones humanas"
Me pregunto si lo sabemos, si somos conscientes de que "las decisiones pueden modificarse, las instituciones pueden modificarse y, en caso necesario, desmantelarse y sustituirse, tal como gente honesta y valiente ha venido haciendo a lo largo de la historial".
Lo más sorprendente de este texto es que cuando llegas al final, compruebas que ha sido escrito en el año 2000. Han pasado ya doce años desde estas reflexiones y asusta - no puedo usar otro verbo- pensar cómo recoge tan fielmente lo que puedo ver en mi contexto a día de hoy: "una manera de minar la seguridad es amenzar con la pérdida de empleo" , " la flexibilidad del mercado de trabajo", " el pueblo es el enemigo peligroso (...) tiene que ser espectador, no participante"...
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